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En breve, una detallada explicación sobre este apasionante tema.
27 sept 2012
26 sept 2012
Mariposa siniestra
Jorge y Matías fueron a buscar a Carola a
su casa. Los atendió su madre, una delgada mujer con una palidez deslustrada, el
cansancio en su aspecto. No, no era cansancio, sino algo parecido “Abatimiento”,
pensó Matías, y trató de recordar su nombre. “Margarita, creo”, se dijo
al fin.
Carola no estaba, pero la mujer los hizo
pasar, diciéndo que quería hablarles de algo, serio e importante.
Pero cuando se sentaron, apenas si atinaba
a refregarse las manos, sin animarse a empezar. Aunque los chicos sentían lo
pesado del silencio, ninguno se animaba a preguntar qué era lo que ocurría. Era
la primera vez que estaban en la sala, y Matías se dijo que quizás por algo
Carola no los hacía pasar nunca, siendo por lo demás tan deferente; ella todo
lo hacía con naturalidad, pero ahora se notaba la posibilidad de algo extraño
tras esos gestos desenvueltos. La mujer al fin habló, y preguntó, vacilante, si
su hija les había hablado de su infancia.
—No, señora
—respondió Jorge—, por lo general hablamos de —hubo una casi imperceptible
pausa, seguramente a causa de la vergüenza— Literatura y temas relacionados.
—También se dio —acotó Matías—, hace poco,
una charla sobre ovnis, usted sabe.
La mujer hizo un gesto de asentimiento
ante esto último, y ese gesto decía mucho.
—Desde hace poco habla de platos voladores
y demás, pero es algo que empezó hace ya muchos años.
* * *
Sólo Carola podía ver la estrella
terrible.
Desde la primera vez que se encontraron
comenzó a sentirse observada, casi acechada.
Le habló de ella a su padre, pero él lo
desestimó, aduciendo que podía haber sido un avión .Ni se tomó el trabajo de
explicarle cuán improbable era que viese una nueva estrella, ya que el cielo
estaba conformado desde hace siglos.
* * *
—Por si no saben, el trabajo de mi esposo
es en el CODE, en la costanera.
—¿El observatorio?
—Sí, aunque el Centro Observadores Del
Espacio tiene otras instalaciones, lo más famoso es el telescopio, por supuesto
—hubo un ruido cerca de la puerta, y la mujer se sobresaltó— Disculpen, no
quiero que Carola se entere de que les cuento esto, pero ustedes me parecen
buenos chicos, Carola se lleva muy bien con su grupo, y yo noto gran diferencia
entre ustedes y los chicos de la parroquia, que la visitan como si fuera otra
obra de caridad. Porque ellos saben, en este barrio todos saben.
“Pare con el suspenso y el dramatismo, señora”, quería
decir Matías, y le parecía que Jorge hubiera dicho otro tanto, pero por otro
lado se notaba que su nerviosismo era real, como si la mujer tuviese que vencer
barreras que ella misma se hubiera puesto.
Y comenzó a contarles.
* * *
Carola le pidió a su padre que si no le
creía, al menos se fijase desde el observatorio. Éste lo prometió, y lo olvidó
al punto.
Su madre, Margarita, pudo ver algo una
vez, pero tampoco le dio importancia:
—Debió ser una luciérnaga, aunque parecía
una mariposa.
"Mariposa siniestra", pensó la
niña, de tan sólo ocho años. Se dio cuenta de que nadie le creería. Sabía que
el nombre "mariposa siniestra" era su verdadero nombre; no
exactamente su nombre, sino su verdadera esencia.
El astro refulgía con una luz particular, de
alas tenebrosas.
Desde que la divisó por primera vez,
Carola ya no podía dormir bien. Y aunque estaban en verano, ya no quería dejar
abierta la ventana. Sabía que desde allí podría caer ese refulgente y oscuro
ángel para llevársela, para mostrarle el terror.
Hasta que una noche.
* * *
—Se me durmió en los brazos, como cuando
era bebé, mientras mirábamos la tele. Seguro estaba exhausta, hacía días que no
descansaba lo suficiente. Le preparé la cama, recuerdo que me pareció que el
ventilador no me pareció suficiente, y abrí la ventana, que tenía el pestillo
puesto. Nunca voy a arrepentirme lo suficiente de eso.
* * *
Esa noche, el padre llegó contento a la
casa.
—Sabés querida, encontré un asteroide por
donde Carola me indicó. Es increíble que ella lo viese sin ayuda del
telescopio, o habrá sido casualidad. Le voy a contar ¿hace mucho que se durmió?
—Y sin aguardar respuesta se dirigió a su pieza.
Mientras iba en busca de su hija, el
hombre sintió una ráfaga de aire fresco (casi gélido, se hubiera dicho, si el
caluroso verano no le hubiera atenuado la sensación) que pasaba por el pasillo.
Lo recibió una cama destendida y una
pequeña mancha, como de sangre.
* * *
Cerca del amanecer fue encontrada a la
puerta de la parroquia del barrio, inerme; alguien había llamado ya a una ambulancia.
El enfermero que la acompañaba la escuchó musitar
sobre un ser luminoso y atroz, difuso en sus contornos y en el rostro, que era
el de la muerte. Prefirió darle a la niña un sedante para que dejara de hablar
delirios, aunque era él quien hubiera querido recibir el tranquilizante. Le
pareció que la ambulancia no iba lo suficientemente rápido, ni que la sirena
estaba lo suficientemente fuerte, con tal de no escucharla más.
* * *
—En el hospital nos dijeron que había sido
violada, y que cuando creciera era poco probable que pudiese concebir. Parece
que le introdujeron algo candente, cauterizándole el interior. Y ella, al
despertar, era casi la misma de siempre, sólo que no podía reconocer al que la
atacó, y hablaba de un rostro bello pero aterrador, como sería el de un ángel
de Dios. Lo más raro es que después todos buscamos refugio en la Iglesia, nos
volvimos más devotos, aunque Carola estos últimos tiempos habla mucho de ovnis,
y creo que está recordando eso, que hacía mucho creíamos enterrado. Bueno —hizo
un gesto vago—, ya lo saben.
Y la mujer no dijo más. Se estaba por
formar un silencio aún más incómodo que el anterior. A Matías no se le ocurría
nada, no sabía si decir palabras de consuelo o qué. Pero justo llegó Carola.
Los tres sonrieron.
24 sept 2012
Mata a su novio porque le cuenta el final de la película
Le contó el final de Titanic, no soportó enterarse que moría el personaje de Leonardo Di Caprio.
Florencia Reyes, de 24 años, estaba emocionada con poder ver la película de la que tanto le había hablado su madre, y además en 3D. Ya había comprado las entradas para ir con su amado en lo que había imaginado una velada romántica.
Sólo que no contaba conque su novio, Silvio Quijano (27 años al momento de su fallecimiento), le iba a decir que no quería ver el film porque ya sabía que al final se moría Jack Dawson, el personaje encarnado por Di Caprio.
Según declaraciones, después de que la joven mujer asesinó a su novio gritaba a los cuatro vientos que no es de buenas maneras contar el final de una película.
Florencia se encuentra detenida, y espera ser procesada por el crimen cometido. Su madre está considerada como autora intelectual, aunque la misma alega "Yo les dije que vieran una de Stallone".
Florencia Reyes, de 24 años, estaba emocionada con poder ver la película de la que tanto le había hablado su madre, y además en 3D. Ya había comprado las entradas para ir con su amado en lo que había imaginado una velada romántica.
Sólo que no contaba conque su novio, Silvio Quijano (27 años al momento de su fallecimiento), le iba a decir que no quería ver el film porque ya sabía que al final se moría Jack Dawson, el personaje encarnado por Di Caprio.
Según declaraciones, después de que la joven mujer asesinó a su novio gritaba a los cuatro vientos que no es de buenas maneras contar el final de una película.
Florencia se encuentra detenida, y espera ser procesada por el crimen cometido. Su madre está considerada como autora intelectual, aunque la misma alega "Yo les dije que vieran una de Stallone".
12 sept 2012
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