¿Que materias debe aprobar un gobierno neofascista? Cuando alguien critica al neoliberalismo, yo lo considero neofascista. Es interesante replicar, entonces...
Veamos: el término "fascista" proviene del italiano "fascio", aludiendo al haz de flechas que significa el poder o fortaleza del conjunto de los iguales (el atado de flechas o varas) sobre la debilidad del individuo aislado (la flecha frágil). Era uno de los símbolos de la República Romana, por lo cual Mussolini, en su "revival" del Imperio, lo adoptó. Este término, así de razonable, luego tomó el camino indeseado y es una palabra detestable. En realidad, es el "fascio" el símbolo de la "República" virtual, tal como debería ser en ideal. Implicaba también la igualdad de los ciudadanos y el sometimiento a un derecho común. En rigor, toda sociedad u organización de individuos es, en principio, "fascista", porque implica la fortaleza de la unión sobre los esfuerzos dispersos de los individuos. Desde un convento de monjas de clausura hasta una banda de skinheads berlineses.
Para no abundar en detalles, cualquiera puede ir a la Plaza Italia en Buenos Aires y observar que, rodeando el monumento a Garibaldi, refundador de la Italia unida en 1870, hay numerosos "fascios" en ornamento: el monumento es muy anterior al surgimiento del "fascismo".
La ya fallecida periodista Oriana Fallacci, en un justificado exabrupto (creo que terminaba de entrevistar a Galtieri), acusó: "Todos los argentinos tienen un enano fascista en su interior". Es posible que tenga razón, pero yo sería más generoso: lo haría extensivo a toda la especie humana.
Los mejores análisis sobre lo que significa el "fascismo", en mi opinión, lo cumplen ensayistas políticos y filósofos italianos como Giovanni Sartori y Benedetto Croce. Para una comprensión más amplia, puede leer sin mayor dificultad a Cesare Pavese, Umberto Eco, Italo Svevo (aunque es un poco anterior), Alberto Moravia (especialmente El Conformista, con la alternativa de ver el film en video). También es recomendable la lectura de las novelas de Italo Calvino, aunque aparentemente fantasiosas, tienen una entretela interesante y, para concluir, son decididamente imprescindibles: El Príncipe de Niccolò Maquiavelo y El Gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
Para leer algo a favor del fascismo: Giovanni Gentile y el poeta Gabriele D'Annunzio, aunque este sería pre-fascista, sin conciencia cierta de lo que podía engendrar. Habría algún paralelismo interesante de D'Annunzio con Leopoldo Lugones.
Las materias que debe cumplir un régimen decididamente "fascista" se me ocurren las siguientes: a) Régimen de partido único, b) desaparición legal de TODA forma de la oposición real (algunos mantienen oposiciones formales, payasescas), c) control de todos los medios represivos (policiales y para-policiales), d) control sobre todo el sistema judicial, e) dominio absoluto de los medios de comunicación masiva, f) unificación de la educación bajo un régimen excluyente y adoctrinante, g) imposición de un sistema de propaganda sistemática, h) eliminación de los elementales derechos individuales, bajo una legislación ad-hoc o sin ella, a pura violencia. Y pueden seguir las materias... en economía, propiedad privada, etc.
Creo que no existe régimen político en este mundo del planeta Tierra que no guarde alguna característica de "fascista", porque desconozco cómo se manejan las repúblicas de los Ángeles en los ámbitos celestiales o infernales, aunque sospecho que no son angelocráticas: la autoridad del Supremo o de Lucifer deben ser bastante excluyentes de cualquier disidencia. Es así, desde las monarquías escandinavas hasta la monarquía norcoreana (república popular y democrática, esta última). Pero no sería posible si no existiese el germen fascista en todos y cada uno de nosotros, en cuanto miserables humanos. El sujeto racional lo controla, pero otros no lo hacen, y se vuelve la vida un infierno. Pero lo racional incluye la duda, y el fascista no duda, tiene todo explicado y las ideas claras: somos la raza superior, el sistema político más avanzado, la religión más elevada. Los otros no son humanos y no tienen derechos.
Entonces, una de las características propias de un régimen fascista es el de no distinguir matices: o estás con nosotros o estás en contra nuestro. Es la lección número uno para eliminar al oponente y hacer claudicar al indeciso.