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14 jun 2021

«Quería dar clase, pero me di cuenta de que estaba seleccionando gente»

Ríe, quizás consciente de que más que un título, lo que ha puesto a su ensayo es una provocación. '¿Negreros o docentes? La rebelión del 10'. ¿Negreros? Así se refiere a los profesores Yván Pozuelo Andrés, doctor en Historia, profesor de Francés en el IES de la Laboral, en un volumen que pretende ser una «reflexión» sobre el papel del profesorado. Presenta el libro mañana, a las 17 horas, en Toma 3.

-Su libro..., muy optimista no es (para él, evaluación equivale a exterminación, cree que en las aulas hay prácticas obsoletas y represivas, reniega de los libros de texto).

-Hay una parte de pesimismo y otra de optimismo. La de pesimismo ya la dejé atrás y ahora estoy muy a gusto en las aulas, desde que abandoné mi rol de justiciero. Pensaba que era profesor para dar clase y me di cuenta de que lo que estaba haciendo era seleccionando a gente.

-¿Rol de justiciero? ¿Tal cual?

-Sí, sí, tal cual. Es que vi muchas películas de esclavos pequeño, a los esclavos les decían 'tú vales, tú no...' Y me encontré con que me habían abocado a hacer eso. Yo no llegué a la enseñanza para decirle a nadie que tenga entre 12 y 18 años si vale o no vale para lo que quiere hacer.

-Habla de selección. ¿Eso es lo que cree que hace el profesorado?

-Sí. Lo escondemos detrás de una máscara de objetividad, pero es así. Es un libro para la reflexión, para mostrar a los profesores que se sienten así que, abandonando ese rol de la evaluación, también se pueden dar clases. Hay que eliminar la creencia de que un alumno que no saca buenas notas no llegará a ser buen médico. Tenemos obsesión y hemos convertido la enseñanza general en una enseñanza profesional para médicos, ingenieros y profesores. Hemos pasado de la letra con sangre entra a la letra con nota entra.

-La ley obliga a evaluar y hacerlo con calificaciones numéricas.

-Sé que no voy a cambiar la ley, que me obliga a evaluar. Pero el 10 está dentro de la ley y se lo pongo a todos. Les da confianza. Aunque no a todos les gusta. ¿Qué respeto le tenemos al 10?

-¿A qué se refiere?

-Primero, no se pone porque el alumno no puede saber más que el profesor. Y después, porque no puede haber tanto bueno. Jolín, pues vaya sociedad que vamos a montar... A mis alumnos les digo que un 10 en Matemáticas no les hace matemáticos. Así que tranquilidad.

-Dice que los docentes «somos más importantes que los pilotos de avión, porque podemos estrellar cada año a muchos niños».

-Es una enorme responsabilidad. Somos realmente importantes, lo que decimos a un alumno o una familia puede ser determinante para su futuro. Les frustramos y yo no estoy aquí para frustrar a nadie.

Fuente.

23 dic 2016

Navidad panteística

-Navidad: ¿nacimiento de dioses?. El misterio del Origen Pagano de la Navidad: Jesús no nació el 25 de Diciembre, pero al parecer sí muchos dioses paganos.

¿Por qué se celebra la Navidad el 25 de diciembre? La mayoría de la gente asume que ha sido siempre una fiesta cristiana y que es una celebración del nacimiento de Jesús. Pero resulta que Jesús no nació el 25 de diciembre. Sin embargo, un montón de dioses paganos nacieron en ese día. Cómo en la imagen que podemos ver aquí añadida: imagen que también se han encargado de criticar y desmitificar en parte en muchos lugares. ¿Qué hay de cierto en todo ello?.

De hecho, sí parece que en parte fue así, si bien no es menos cierto que que muchos de esos personajes que se asociaron con el día del solsticio de invierno, acabaron así adscritos por las mismas razones que Jesús. Durante la Navidad, o solsticio de invierno en el hemisferio norte, el sol alcanza su cenit en el punto más bajo y desde ese momento el día comienza a alargarse progresivamente en detrimento de sus noches -hasta llegar al solsticio de verano (21-22 de junio) en que invierte su curso-; el término solsticio, que significa «sol inmóvil» (ya que en esos momentos el sol cambia muy poco su declinación de un día a otro y parece permanecer en un lugar fijo del ecuador celeste) era desde tiempos inmemoriales el acontecimiento cósmico que vivifica la Naturaleza con su luz y su calor, razón por la cual, para todas las culturas antiguas, representaba el auténtico nacimiento del sol y, con él, toda la Naturaleza comenzaba a despertar lentamente de su letargo invernal y, por ello, los humanos veían renovadas sus esperanzas de supervivencia gracias a la fertilidad de la tierra que garantizaba la presencia del astro divino, del dios más arcaico que la humanidad ha venerado.

En el solsticio de invierno todos los pueblos antiguos, adoradores del sol, celebraban el nacimiento del astro rey mediante grandes festejos caracterizados por la alegría general y el protagonismo de las hogueras, alrededor de las cuales se concentraban los lugareños con el fin de manifestar su alborozo y esperanza mediante ceremonias colectivas centradas en cantos y danzas rituales y en la recogida de ciertas plantas mágicas como el muérdago. Ya los paganos más lejanos que conocemos celebraban una fiesta en la que se implicaba una figura heroica sobrenatural, así como las visitas a un árbol de hoja perenne donde se dejaban los regalos el 25 de diciembre mucho antes de que Jesús naciera. Desde sus primeras raíces en Babilonia, la celebración del nacimiento o “renacimiento” del dios del sol el 25 de diciembre llegó a ser celebrada con diversos nombres en todo el mundo antiguo.

Como se puede ver, el solsticio de invierno se produce pocos días antes de 25 de diciembre de cada año. El solsticio de invierno es el día del año en el que la luz del día es más corta, si bien, el día a partir del cual empezaba a ganar fuerza. Por lo tanto, siempre fue conveniente y simbólico designar al 25 como la fecha del nacimiento o el “renacimiento” del sol de diciembre. Y esto hace que en parte sea cierta la imagen, la verdad es que miles de años antes de que hubiera un “Santa Claus”, había otra figura sobrenatural que supuestamente visitaba un árbol y dejaba regalos cada 25 de diciembre: su nombre era Nimrod, en Babilonia. De acuerdo con la antigua tradición babilónica, Semiramis (que llegó a ser conocido como la diosa Astarté / Asera / Astarte / Isis / Ishtar / Semana Santa en otras religiones paganas) afirmó que después de la prematura muerte de su hijo / esposo Nimrod preparó un árbol de hoja perenne que durante la noche del 225-D hacía renacer de un tocón del árbol muerto nueva vida. Semiramis afirmaba que Nimrod visitaba el árbol de hoja perenne si dejaban regalos cada año en el aniversario de su nacimiento, que acaba de pasar a ser el 24 de diciembre. Este sería el verdadero origen del árbol de Navidad.

De igual forma, otros dioses solares o muy importantes tuvieron en su agenda esta fechas o similares: Horus (c. 3000 BCE), Osiris, Krishna (c. 1400 BCE), Buddha (c. 563 BCE), Heracles (c. 800 BCE), Dionisio (c. 186 BCE), Tammuz (c. 400 BCE), Adonis (c. 200 BCE), Prometeo o, incluso, Apolo, que volvía del país de los Hiperboreos se plegaban a esta mágica fecha. No todos nacieron realmente en ese día, a algunos se les desplazó la fecha y para otros fue un nuevo nacimiento, si bien es indudable esta suerte de atractor extraño.

Igual que Jesús de Nazaret que según su mitología sí, pero según la historia NO nació un 25 de diciembre, pues como muchos saben la celebración del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre se debe a la antigua celebración del nacimiento anual del dios-Sol en el solsticio de invierno (natalis invicti Solis), adaptada por la Iglesia católica en el tercer siglo d. C. para permitir la conversión de los pueblos paganos: igual que Jesús muchos dioses y personajes pasados fueron asociados con esta fecha, y algunos mucho antes de que Cristo, este cristo apareciera en el Horizonte. Caldeos, egipcios, cananeos, persas, sirios, fenicios, griegos, romanos, hindúes y la práctica totalidad de los pueblos con culturas desarrolladas, entre los cabe incluir los imperios orientales y las civilizaciones precolombinas -como los aztecas y su máxima deidad Huitzilopochtli, que tantos quebraderos de cabeza dio a los misioneros españoles-, han celebrado durante el solsticio hiemal el parto de la «Reina de los Cielos» y la llegada al mundo de su hijo, el joven dios solar.

En los mitos solares ocupa un lugar central la presencia de un dios joven que cada año muere y resucita, encarnando en sí los ciclos de la vida en la Naturaleza. En las culturas de mitología astral, el Sol representaba el padre, la autoridad y también el principio generador masculino. Durante la Antigüedad, en todo el mundo civilizado, el sol fue el emblema de todos los grandes dioses, y los monarcas de todos los imperios se hicieron adorar como hijos del Sol (identificado siempre con su divinidad principal). En este contexto, la antropomorfización del Sol en un dios hijo joven presenta ejemplos tan conocidos como los de Horus, Mitra, Adonis, Dionisos, Krisna... o el propio Jesús-Cristo.

En el Egipto Antiguo se creía que Isis, la virgen Reina de los Cielos, quedaba embarazada en el mes de marzo y daba a luz a su hijo Horus a finales de diciembre. El dios Horus, hijo de Osiris e Isis, era el «gran subyugador del mundo», el que es la «substancia de su padre», Osiris, de quien era una encarnación. Fue concebido milagrosamente por Isis cuando el dios Osiris, su esposo, ya había sido muerto y despedazado por su hermano Seth o Tifón. Era una divinidad casta -sin amores- al igual que Apolo, y su papel entre los humanos estaba relacionado con el Juicio ya que presentaba las almas a su padre, el Juez. Era el Christos y simbolizaba el Sol. Durante el solsticio de invierno, la imagen de Horus, en forma de niño recién nacido, era sacada del santuario para ser expuesta a la adoración pública de las masas. Era representado como un recién nacido (a menudo recostado en un pesebre) con cabello dorado, que tenía un dedo en la boca y el disco solar sobre su cabeza. Los antiguos griegos y romanos lo adoraron también bajo el nombre de Harpócrates, el niño Horus, hijo de Isis. El dios Osiris, dios de la vegetación y de los muertos, padre de Horus, también había nacido de una virgen en el solsticio hiemal. Mitra, uno de los principales dioses de la religión irania anterior a Zaratustra, desarrollado a partir del antiguo dios funcional indoiranio Vohu-Manah[iv], objeto de un culto aparecido unos mil años antes de Cristo y que, tras pasar por diferentes transformaciones, pervivió con fuerza en el Imperio romano hasta el siglo IV d. C., era una divinidad de tipo solar -tal como lo atestigua, entre otros, su cabeza de león- que hizo salir del cielo a Ahrimán (el mal), tenía una función de deidad que cargaba con los pecados y expiaba las iniquidades de la humanidad, era el principio mediador colocado entre el bien (Ormuzd) y el mal (Ahrimán), el dispensador de luz y bienes, mantenedor de la armonía en el mundo y guardián y protector de todas las criaturas, y era una especie de mesías que, según sus seguidores, debía volver al mundo como juez de los hombres. Sin ser propiamente el Sol, representaba a éste y era invocado como tal. El dios Mitra hindú, como el persa, era también una divinidad solar, tal como lo demuestra el hecho de ser uno de los doce Adityas, hijos de Aditi, la personificación del Sol.

Muchos siglos antes que Jesús-Cristo, el dios Mitra, según su leyenda popular, ya había nacido de virgen un 25 de diciembre, en una cueva o gruta, siendo adorado por pastores y magos, obró milagros, fue perseguido, acabó siendo muerto, resucitó al tercer día... Todas las personificaciones de dioses solares acaban por ser víctimas propiciatorias que expían los pecados de los mortales, cargando con sus culpas, y son muertos violentamente y resucitados posteriormente. Así, Osiris nació en el mundo como un Salvador o Libertador venido para remediar la tribulación de los humanos, pero en su lucha por el bien se topó con el mal (encarnado en su propio hermano Seth o Tifón, que acabaría identificándose con Satán), que le venció temporalmente y le mató; depositado en su tumba, resucitó y ascendió a los cielos al cabo de tres días (o cuarenta, según otras leyendas). El dios hindú Shiva, en un acto de supremo sacrificio, según cuenta el Bhâgavata-Purâna, ingirió una bebida envenenada y corrosiva que había surgido del océano para causar la muerte del universo -de ahí el epíteto de Nîlakantha («cuello azul») por el que también se conoce a Shiva y que fue el resultado del veneno absorbido-, tragedia que el dios evitó con su autoinmolación y vuelta a la vida.

Baco, otro dios solar destinado a cargar con las culpas de la humanidad, también fue asesinado -y su madre recogió sus pedazos, tal como había hecho Isis con los trozos del cadáver de Osiris- para renacer resucitado. Ausonius, una forma de Baco (y equivalente a Osiris), era muerto en el equinoccio de primavera (21 de marzo) y resucitaba a los tres días. Idéntica suerte le había estado reservada a Adonis (equivalente al dios etrusco Atune o al sirio Tammuz), a Dionisos o al frigio Atis y a una larga lista de seres divinos que, como Krisna -muerto atado a un árbol y con su cuerpo atravesado por una flecha- o como Jesús-Cristo -muerto en la cruz de madera y lanceado-, fueron todos ellos condenados a muerte, llorados y restituidos a la vida. Son dioses que descendieron al Hades y regresaron otra vez llenos de vigor, tal como hace la Naturaleza con sus ciclos estacionales anuales. Todos ellos habían nacido, según el mito, durante el solsticio de invierno, fecha en la que algunas tradiciones tardías también sitúan el natalicio de Buda.

La peculiar datación de Dionisio el Pequeño también dejó en herencia otra fecha famosa, la de los 33 años de Jesús en el momento de ser crucificado, pero hoy ya está bien demostrado que los cálculos del monje romano fueron errados hasta en lo más evidente y que Jesús tenía entre 41 y 45 años cuando fue ejecutado

Por tanto, pese a las muchas críticas recibidas de esta imagen, sí es cierta desde el punto de vista de muchas tradiciones y de un sentido interpretativo.Veamos las asignaciones y las críticas:

- Nimrod: como dios no sabemos su día de nacimiento, y posiblemente también se celebrara otra fiesta en este honor, pero es correcto decir que su Madre-esposa estipuló que su re-nacimiento fuera en ese momento.

-Horus c. 3000 BCE - también nacido de una virgen en un pesebre. Su nacimiento fue anunciado por una estrella. Su padre se llamaba José y su nacimiento fue atendido por tres hombres sabios, etc. etc. Según unas tradiciones nació en verano, pero incluso en estas tradiciones se puntualiza la importancia del 25-d en que fue engendrado.

-Osiris c. 3000 BCE - se le consideraba parte de un trio, como la santísima trinidad. Su llegada fue anunciada por tres hombres sabios. Su carne se comia en forma de pan. Del culto de Osiris surgen muchas frases de la Biblia. Ocurre lo mismo que con Horus.

-Krishna c. 1400 BCE - nacido de una virgen y su padre era un carpintero. Su nacimiento fue anunciado por una estrella y atendido por tres reyes magos. Perseguido por un tirano que ordenó el asesinato de miles de infantes. Tenia doce discipulos y murió en un arbol o crucificado entre dos ladrones.

-Zarathurstra c. 1000 BCE - nacido de una virgen, bautizado en un rio. Su ministerio comenzó a los 30 y era seguido por 12 discípulos.

Y como ellos, el Mithra de Persia c. 600 BCE, Buddha c. 563 BCE, Heracles c. 800 BCE, Dionisio c. 186 BCE, Tammuz c. 400 BCE, Adonis c. 200 BCE, Hermes, Bacchus, Prometeo.

http://www.pepe-rodriguez.com/Mitos_Navidad/Mitos_Navidad_intro.htm

https://apologista.wordpress.com/2012/01/01/el-misterio-del-origen-pagano-de-la-navidad-jesus-no-nacio-el-25-de-diciembre-pero-si-muchos-dioses-paganos/

http://libertaddereligion.blogspot.com.es/2008/12/listado-de-otros-dioses-que-nacieron-en.html

http://www.taringa.net/post/info/17433305/Ninguno-de-los-Dioses-nacio-el-25-de-diciembre.html — con Donnovan Amll.
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Comentarios
Jorge Beautell Bento
Jorge Beautell Bento Jesús no nació el 25 de diciembre, fue un cambio realizado por el emperador romano Constantino, apodado "El grande", para que coincidiera con la llegada del invierno. Jesús nace en primavera, por el mes de marzo.
Me gusta · Responder · 70 · 23 de diciembre a las 20:01 · Editado
28 respuestas · 1 hora
L. Javier Mares
L. Javier Mares Ya, weba de sus publicaciones (anti) navideñas. Esta información es super conocida, y lo que importa es el espíritu de la celebración, etc. Dejen de ser tan chairos y sentirse "rebeldes" , la verdad no impresionan a nadie.
Me gusta · Responder · 36 · 23 de diciembre a las 21:02
17 respuestas
Ivan Arroyave
Ivan Arroyave De hecho ninguno de ellos nació esa fecha, el 25 de diciembre es realmente es el nacimiento del sol en el hemisferio boreal, es decir, el día convencionalmnte aceptado como el más corto del año (Solsticio de invierno). Los ritos paganos simplemente fueron adoptados por las religiones emergentes para no perder adeptos...
Me gusta · Responder · 13 · Ayer a las 12:13
Jalil Ulices Medina Godinez
Jalil Ulices Medina Godinez Como no existe información fiable ni sobre la existencia de Jesus, el cual compare varias similitudes con deidades anteriores por cierto, pues son las costumbres de sus seguidores las que sirven para determinar el día de su nacimiento. Por lo tanto pue...Ver más
Me gusta · Responder · 2 · Ayer a las 8:44
2 respuestas · 27 min
Alejandro Minotti
Alejandro Minotti Ya que estamos en un grupo filosófico, respondamos científicamente (postivismo abstenerse). FWJ Schelling desarrolló una respuesta a este enigma. Para Schelling el desarrollo de la filosofia positiva comienza por la Mitologia, es decir, el desarrollo ...Ver más
Me gusta · Responder · 3 · Ayer a las 7:12
Elí Enrique Ojeda Portillo
Elí Enrique Ojeda Portillo La manipulación de ésta fecha por parte de Constantino y de la Iglesia no tuvo de ninguna manera intenciones de reconocer a ninguna cultura anterior. Y si hay como en muchos puntos, engaño y franca ocultamiento y tergiversaciones de la madre de toda mentira.. la Iglesia católica.

Fuente: https://web.facebook.com/Sociedadefilosofiaplicada/photos/a.969692973105960.1073741875.161391553936110/969712893103968/?type=3&theater

15 abr 2016

Una anécdota docente (no es mía, lamentablemente)*

Dijo que no sabía nada

Este año tomé horas en una escuela en Sierra de los Padres, una localidad del Partido de General Pueyrredón que cuenta con una población estable de unos 4 mil habitantes. El lugar forma parte del sistema montañoso de Tandilia y está compuesto por sierras de unos 150 metros de altura. La vegetación es muy diversa y se pueden apreciar pastizales, monte y bosque. En el espacio conviven un barrio residencial con calles que respetan la topografía y campos productivos ubicados sobre los márgenes; siendo el más destacado en la actualidad por su rentabilidad, el cultivo de frutillas. Hay varias agro-empresas operando en la zona y todas contratan mano de obra boliviana y han recibido diversas denuncias por parte de organizaciones sociales y ambientales que señalan, no sólo situaciones de semi-esclavitud en relación a la mano de obra, sino que han advertido sobre el uso de agroquímicos como parte del paquete tecnológico de producción.
Esta semana me citaron para evaluar a una estudiante que debía una materia que la habilitaría, en caso de aprobarla, a pasar de año. El director me anticipó que el nivel académico no era bueno pero que era una alumna que se esforzaba mucho para estar en la escuela.
Como no fue estudiante mía decidí preguntarle a ella los temas que habían visto en geografía el año anterior; pero no se acordaba ninguno. Con piel morena y voz muy bajita, me dijo que no había podido estudiar porque no tenía libro ni carpeta. Entonces le dije que yo tenía toda la voluntad de aprobarla pero que era fundamental que escribiera algo que justificara la nota.
A pesar de mi insistencia no supo decir nada en relación a los contenidos de la planificación anual y entonces le pregunté:
–¿De las frutillas sabés algo?
Abrió los ojos enormes.
–Sí, me dijo.
Entonces sobre la hoja de carpeta que ella misma me dio escribí:
Evaluación de Geografía
Fecha: 07/04/16
Año: 2º
Estudiante: G.C
1) Describir una actividad económica
y ella preguntó:
­–¿Puedo escribir también sobre Bolivia? Porque yo soy Boliviana.
–Sí claro, le dije.
Entonces agregué:
2) Mencionar los aspectos más importantes del algún país latinoamericano.
A las dos horas me entregó 3 hojas escritas de ambos lados con letra clara y prolija.
Hacía tiempo que no corregía una evaluación con tanto entusiasmo. Todo el relato de esta nena de 14 años aportó sin duda, a mi formación como geógrafa y como docente. Comparto el desarrollo de la evaluación porque creo que no pueden quedar estos contenidos sólo en mí.
Corregí las faltas de ortografía y agregué algunos signos de puntuación para facilitar la lectura.
1)
En la frutilla trabajan aproximadamente 200 personas que cosechan la fruta, limpian el campo, sacan las hojas, sacan la maleza, tienen que carpir. Ahora pagan más que antes aún mejor, pagan todo lo que hacen si carpean, limpian la cunita, etc. Algunos niños trabajan ahí aproximadamente de la edad de 13 años para arriba y algunas embarazadas también pero no hacen tanto esfuerzo o si no, no trabajan. Eso depende de ellas. A veces lo hacen para ayudar a sus maridos. Algunos de ahí, bueno casi todos, son juntados.
Casi todos los bolivianos trabajan en el campo y siempre llegan cansados y que no le toman importancia a los hijos que nunca le preguntan nada qué cómo estás o algún problema en la escuela.
La frutilla se cosecha en cunitas en un carrito y un balde. El balde es para descartable y la cunita es para armar caja. Eso se llama embalada. A mí me gusta embalar y armar cajas y claro a la frutilla se le pone esa cosa rara en las plantas. Las riegan con un tubo que está debajo del plástico. Lo ponen los tractores.
Las cajas con frutilla y las cunitas con frutilla descartable se lo lleva un tractor que viene a las 12:15 o cerca aproximadamente y a la tarde también.
Los bolivianos pueden soportar más el campo que los argentinos porque los bolivianos tienen el trabajo más pesado y los argentinos están en las oficinas o será porque ellos sí pudieron estudiar? Yo pregunto en mi casa porque no estudian porque no hay tiempo es la misma respuesta que me dan todos los días.
Ya que la frutilla es una empresa a nosotros nos dan techo, agua potable, luz menos gas. Pero claro a veces nos quitan un poco de plata para ayudar en las pagas. Para que los padres se vayan tranquilos a trabajar hay una guardería que los cuidan. Ahí les dan desayuno, comida y merienda y hay reuniones para levantar la basura. Porque además de levantar la basura de su casa, tienen que levantar la basura del patio o del suelo del baño y sino están presentes, tienen que pagar 5 pesos por cada día que falten.
También hay donaciones que mandan o traen en camiones y se le dejan a una señora que se llama Graciela y parece que ella se queda con las ropas de las cosas bonitas que llegan y lo descartable lo dejan en una carretilla para que la gente lo use.
2)
Bolivia me encanta porque la primera vez que fui me encantó. Cuando es de noche todas las luces se encienden de todos colores y yo escucho tambores y cosas así como una banda porque mi casa está en una montaña. Me acuerdo cuando fui a la cancha. La cancha es una cosa que llega casi a la terminal. Hay tiendas de comida, ropa, bebidas y cosas de mercadería. A mí me gustó donde venden caña de azúcar.
En Bolivia hay montañas chicas y en la escuela les dan uniformes. Sabía que en el jardín de niños estudian las lineas, los cuadrados, triángulos y números?
La gente del campo vive en casas de barro y paja y lo único que comen es chuño y mate y cuando es cumpleaños de alguien de la familia comen seco que significa arroz con papa y ensalada y carne seca y queso de vaca y de desayuno arroz con leche y buñuelo. Todo eso lo cocinan en una clase de horno a la parrilla y yo me sé el nombre pero no sé cómo se escribe.
La gente, más bien las mujeres, tienen que ir con ropa lavada desde su casa hasta que llegan a un río caminando y la ropa la llevan en un aguayo en la espalda. Más o menos lo que tienen que caminar es desde aquí hasta Sulema para enjuagar la ropa.
Alguna vez comió tostado? Se hace con habas. Las hacés secar al sol hasta que estén más secas. Después tenés que poner en una olla sal y después poner las habas secas y tostarlas hasta que revienten. Mi abuela las hacía. Sabe que mi abuela tiene ochentaialgo y fue al doctor y le dijo que estaba muy fuerte ella? Vive en el campo y solamente dos veces la vi.
La aprobé. La abracé cuando se fue. Le pedí permiso para compartir su texto en internet y le dije que escribiera todo lo que pudiera porque escribir hace bien y porque siempre hay cosas importantes para contar. Con un 4 (cuatro) pasó de año y por eso no estará en mi aula durante este ciclo lectivo, pero espero cruzármela en los pasillos o en el patio y preguntarle:

­– ¿Cómo fue tu día de ayer? ¿Lo querés contar en un papel?





Fuente: http://luciagorricho.blogspot.com.ar/2016/04/dijo-que-no-sabia-nada.html?m=1

9 nov 2015

24 oct 2015

Reflexiones de un profesor gay fuera del armario

Fuente.



Carlos Javier Herrero Canencia
Profesor del IES Rosa Chacel, de Colmenar Viejo (Madrid).
Cuadernos de Pedagogía, Nº 460, Sección Opinión, Octubre 2015, Editorial Wolters Kluwer, ISBN-ISSN: 2386-6322
La visibilidad de las personas LGTB, la construcción de la propia identidad o proporcionar un referente a adolescentes que se encuentran en este mismo proceso son algunos de los motivos que empujaron al autor de este artículo, profesor de Lengua y Literatura, a hacer pública su condición homosexual ante su alumnado.


Hace siete años empecé a trabajar como profesor de Lengua y Literatura en un instituto público de Madrid y desde hace cinco estoy completamente fuera del armario con mis alumnos. Con este escrito pretendo reflexionar sobre esta experiencia, aclarar las razones que me han llevado a hacerlo y animar a mis compañeros a plantearse salir del armario.

¿Qué significa estar fuera del armario?

En una definición sencilla, “estar fuera del armario” quiere decir que todas las personas que te rodean saben que eres gay o lesbiana, no porque lo sospechen sino porque en algún momento lo has hecho evidente. No se trata de que los demás conozcan tu orientación sexual, sino de que la sospecha o intuición que tenían en algún momento se ha visto confirmada porque lo has dicho tú. Parecería que es lo mismo, total, qué más da que lo sepan porque lo sospechan o porque se lo digamos. Pero importa y mucho: lo expresado en palabras adquiere una realidad que no se puede soslayar. Un compañero puede estar en contra de la extensión del derecho al matrimonio a parejas de gais y lesbianas. Si hemos expresado claramente con palabras que somos gais o lesbianas, tiene que afrontar que nos está negando derechos a personas de carne y hueso. (A propósito, puede suceder que nuestro compañero lo afronte y se encuentre perfectamente cómodo negándonos derechos.)

He titulado este escrito “Reflexiones de un profesor gay fuera del armario”. ¿Tendría las mismas connotaciones e implicaciones que el título hubiera sido: “Reflexiones de un profesor lector apasionado del Quijote”?, ¿o “Reflexiones de un profesor enamorado de la lírica tradicional”? Sin lugar a dudas, no. De hecho, resultarían títulos pomposos sin mucho sentido. Y esto, por varias razones. En primer lugar, la consideración social que se les otorga difiere completamente. Que a alguien le guste el Quijote y disfrute con las jarchas no tiene mayor trascendencia que el placer estético que pueda extraer de ellas. Que a alguien le gusten las personas de su mismo sexo, y todavía más, que alguien ame a una persona de su mismo sexo, va mucho más allá de las personas implicadas. Para empezar, este mismo artículo escrito por otro profesor que se halle en otras circunstancias (en alguno de los más de 80 países que persiguen la homosexualidad por ley, por ejemplo; Amnistía Internacional, 2014) le puede costar el trabajo, la libertad e incluso la vida. Simplemente, el escribirlo es un lujo que está al alcance de una porción mínima de profesores gais y lesbianas. El coste sería demasiado alto.

Otra de las razones por las que el título de este escrito provoca efectos muy diferentes es que ser percibido como gay o lesbiana supone que lo que eres va a ser interpretado principalmente a través de este prisma. Da igual que alguien no lo sienta como algo relevante en su identidad, esa parte de tu personalidad va a convertirse en la fórmula que explique toda tu vida y le dé sentido.

Y por último está la cuestión de ser profesor, y por tanto, estar en contacto con menores. Dentro del imaginario homófobo ocupa un lugar destacado la figura del homosexual (y en este caso se refieren solo al homosexual masculino) como depredador sexual de menores. Cualquier gay cuyo trabajo esté relacionado con menores habrá escuchado esta pregunta, en cualquiera de sus variantes: “Pero ¿tú no les harás nada malo, verdad?”. La homofobia que implica esta pregunta creo que no necesita explicación. Presentarse como “profesor fuera del armario” conlleva un cierto riesgo, hasta en las situaciones más favorables que se puedan imaginar.

¿Por qué entonces salir del armario?

En primer lugar, la visibilidad LGTB (siglas que se corresponden con lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) nos concede la posibilidad de actuar políticamente, entendida aquí la política en su sentido más amplio y no solo como elecciones. En política rige una ley parecida a la que Piaget descubrió en los bebés, a la que llamó permanencia del objeto: hasta cierta edad un objeto que desaparece de la vista deja de existir para un bebé. En nuestro caso, aquello que no se ve no existe. Si no nos ven, no existimos, por tanto, no contamos, no tenemos problemas, no existen discriminaciones, no hay nada que plantearse. El verbo ver resulta engañoso; no se trata literalmente de ver, sino de percibirnos y reconocernos. Pondré un ejemplo que creo que lo ilustra perfectamente. Podemos ver una pareja de mujeres ir de la mano por la calle, pero únicamente las veremos como lesbianas si ellas así lo manifiestan, de otro modo serán dos amigas que se quieren mucho. Que dos amigas se quieran mucho nos parece perfecto, y envidiable, y no se le puede objetar nada salvo lo siguiente. Dos amigas que se quieren mucho no necesitan plantearse quién va a poder decidir sobre su tratamiento si una de ellas se encuentra en un hospital, ni van a adoptar o concebir hijos, ni van a tener problemas en cuanto a herencias, ni serán despedidas del trabajo, ni tendrán miedo a ser separadas por sus familiares cuando sean mayores... Por lo tanto, no es necesario reformar leyes que las discriminan, ni estudiar las situaciones de discriminación para plantear políticas sociales que las erradiquen, ni plantearse su visibilidad en los medios; no será necesario porque no se ven, y por tanto, no existen.

El alumnado LGTB lo tiene más difícil a la hora de crearse una identidad
La visibilidad es, además, una cuestión en la que la cantidad y la cualidad importan. Es más efectivo políticamente que haya un número grande de personas LGTB que sean visibles, que estén fuera del armario; y es necesario que esa visibilidad sea lo más transversal posible. En las sociedades occidentales más permisivas, la visibilidad LGTB se reduce fundamentalmente a gais, y solo cuando son jóvenes, guapos y con dinero. No se ven prácticamente lesbianas, transexuales y bisexuales, o se ven como estereotipos. En el caso de los gais, no se ven a los ancianos, los parados, los discapacitados, los niños, los enfermos crónicos (salvo que sean enfermos de sida), etc. que son gais. Y por tanto, no es necesario plantearse qué podemos hacer para combatir la discriminación de todo tipo (incluida la que proviene de la propia comunidad gay) que sufre un gay que ha tenido la osadía de envejecer. Los gais, como podría suponerse por nuestra visibilidad pública, nacemos y morimos jóvenes, y mientras tanto, consumimos.

Otra cuestión por la que se debe salir del armario es la construcción de la propia identidad. Anteriormente me he referido a una de las desventajas de ser percibido como persona LGTB, o de salir del armario: el que esa parte de tu identidad va a arrollar a todas las demás, y se convertirá, se quiera o no, en la principal tarjeta de presentación. Es cierto, pero la alternativa creo que es peor. Permanecer en el armario nos deja más indefensos ante la identidad que se nos va a adjudicar, tendremos menos oportunidades de negociarla y dotarla de otro significado.

¿A qué identidad me refiero? A la que da la injuria. Antes de saber que nos gustaban los hombres, hemos sabido que “maricón” era uno de los peores insultos que se nos podían hacer. No hacía falta entender el significado concreto de la palabra, bastaba con que intuyéramos el lugar que se asignaba al así designado: los márgenes, el afuera. La palabra maricón, o cualquiera de sus múltiples sinónimos, actúa como un virus para el que existe un vacuna cuyo precio no todo el mundo puede pagar. Si has sido vacunado, si eres heterosexual o actúas como tal dentro de unos límites precisos que marca cada sociedad en cada momento, el insulto va a ser inocuo para ti. Si, por el contrario, no eres heterosexual o no te adecúas a las prescripciones de género (ser un hombre o una mujer “como dios manda”) que se te exigen, el virus te hará enfermar y, llegado el caso, puede ser letal (Área de Educación de FELGTB - Comisión de Educación de COGAM, 2012). Esto explica el uso omnipresente en los pasillos de los institutos de la palabra maricón. Cuando les recrimino a los alumnos, siempre de la manera más cordial, me contestan que no le están llamando al otro de verdad “maricón”, que no le están insultando. Y queda ahí retratada toda la homofobia que les rodea como el aire, invisible pero que se respira a cada momento. Efectivamente, ellos saben que el “otro” no es maricón, que está vacunado, no hay peligro de que enferme. Solo enfermará quien lo sea, solo en ese caso estarán insultando.

Curiosamente, y siguiendo con la metáfora, salir del ambiente (de nuevo, en las sociedades más permisivas) supone acceder a una cierta vacuna. Si tu entorno sabe que eres una persona LGTB probablemente te vas a evitar un montón de situaciones incómodas, chistes homófobos y la homofobia ambiente se va a aligerar.

¿Y por qué hacerlo en la escuela?

“¿Y por qué no?” podría ser la primera respuesta que diéramos. La respuesta a esta segunda pregunta es obvia, tiene un coste elevado, nos da miedo, puede traernos problemas. Para poder contrarrestar todas estas objeciones tenemos que precisar qué beneficios se pueden derivar del hecho de salir del armario, no solo con nuestros compañeros de trabajo, sino con nuestros alumnos.

En los colegios e institutos, los veamos o no, lo sepan ellos mismos o no, tenemos un alumnado LGTB que lo tiene más difícil que sus compañeros a la hora de ir creándose una identidad. Y también tenemos un alumnado que no es LGTB pero que es percibido como tal y puede sufrir la misma discriminación.

Para crearnos una identidad tenemos que tener referentes, personas con las que compararnos, admirar, rechazar, etc. En el caso de los adolescentes heterosexuales, los referentes se encuentran por todas partes, en su familia, sus vecinos, sus amigos, en las novelas que leen, en la clase de Literatura, en la televisión, en las letras de las canciones que escucha, en los cuadros de la clase de Historia del Arte... Literalmente, en todas partes.

El alumnado LGTB lo tiene mucho más difícil. ¿Cuántas novelas adolescentes van a tener una protagonista LGTB, cuántas películas, cuántas canciones? Siendo optimistas, muy pocas. Si analizáramos los personajes LGTB que aparecen en la televisión o en las películas, probablemente llegaríamos a la conclusión de que un porcentaje alto son personajes planos, estereotipados, con pocas posibilidades para que los jóvenes LGTB pudieran identificarse.

En la vida real, lo normal es que no conozcan a mucha gente que esté fuera del armario. Por ello me parece importante que los profesores salgamos del armario para poder proporcionar referentes a nuestros alumnos. Con esto no estoy diciendo que seamos su modelo a seguir, sino que seamos un modelo real con el que se puedan medir, que puedan aceptar o rechazar, que les ayude a construirse su propia identidad.

Sin lugar a dudas, otra consecuencia de salir del armario es que se crea una barrera protectora frente a la agresión homófoba. Ahora va a resultar más difícil meterse con un alumno LGTB sabiendo que hay un profesor que abiertamente lo es. Ojo, es una barrera, pero no asegura en absoluto que la agresión no se dé, aunque no sea delante de nosotros.

Otro de los efectos positivos es que empujas los límites de lo que es la normalidad, entendida en su versión más antipática: el cómo deben ser los seres humanos. Durante mi infancia asistí a un colegio religioso en el que todas las familias eran prácticamente iguales: papá, mamá, dos o tres hijos. El más mínimo signo de diferencia suponía un problema. Afortunadamente, este país ha cambiado mucho en los últimos cuarenta años, y cualquier clase de un colegio público (no así en muchos de los colegios concertados y privados) refleja una gran variedad: alumnos con distintos orígenes, distintas creencias, distintas situaciones familiares, distintas capacidades. Que un profesor salga del armario añade otro grado más de diversidad al grupo. Y no es baladí, en la medida en que todos los alumnos se reconocen como diversos, pueden aceptar mejor su propia diferencia y no vivirla como exclusión del grupo.

¿Cómo salir del armario con los alumnos?

Una consideración previa: como cualquier persona LGTB sabe, esta pregunta, y esta otra relacionada, ¿cuándo puedo ir de la mano con mi pareja o simplemente relajarme en la calle sin exponerme a una agresión?, se nos van a plantear a cada rato, no se contestan de una vez para siempre. Y desgraciadamente, esto les parecerá un lujo asiático a la gran mayoría de las personas LGTB de este mundo.

Supongamos que podemos y queremos dar ese paso. ¿Cómo hacer pública una información que todo el mundo considera que pertenece a nuestra intimidad y que, por tanto, no tiene mucha cabida en las aulas? Desde luego, huyendo como de la peste del modelo “tengo algo que confesarte”. Con los adultos siempre lo he tenido claro, mi salida del armario es indirecta, forma parte del decorado, no está dentro del espacio iluminado por el foco. Para que se me entienda, no empiezo diciendo “yo soy gay”, sino “un novio mío fue el primer insumiso juzgado en este país”, o algo parecido. No estamos hablando de si soy gay, el que yo sea gay lo vas a saber de la misma forma que yo entiendo que eres heterosexual cuando veo la foto de tu familia.

Con los alumnos lo abordo desde la cuestión del respeto. Al comienzo del curso les digo que para mí es muy importante que todos nos respetemos para que podamos convivir y aprender. Y les cuento mi experiencia de acoso en el colegio en el que estudié. Aquí sí es importante verbalizar claramente que eres gay. Cuando lo haces, entiendes por qué nuestros antepasados creían en conjuros: las palabras producen efectos, tienen poder, cambian cosas. De entrada, algo impensable en las aulas de los institutos, que durante unos segundos se haga un silencio de los que se cortan con cuchillo.

Mi experiencia con los alumnos

Como dije al principio, hace siete años empecé a trabajar como profesor. Durante dos años fui interino, y trabajé en los institutos madrileños IES Grande Covián y IES Jaime Vera. A pesar de que ya había estado colaborando con el grupo de Educación de Cogam dando charlas sobre diversidad afectivo-sexual, decidí no salir del armario, me mantuve en el llamado “armario de cristal”, no lo dije pero tampoco lo oculté. Me sentía muy inseguro como profesor como para meterme en un berenjenal más. Al año siguiente aprobé la oposición y entré a trabajar en el IES Luis Buñuel de Alcorcón (Madrid), y allí empezó la experiencia de estar fuera del armario en un instituto. Los últimos cuatro años he estado en el IES Rosa Chacel, de Colmenar Viejo (Madrid).

Sin duda, puedo calificar la experiencia como muy gratificante a nivel personal. No he tenido ningún problema con los profesores, los alumnos y los padres. Los chavales parecen asumir sin ningún problema el tener un profesor gay. Las anécdotas más tiernas tienen que ver con mis alumnos más pequeños, los de 12 a 14, porque todavía mantienen la espontaneidad de los niños. Desde aparecer por un pasillo con una amiga que no es alumna mía para cerciorarse de que yo soy gay de verdad, y ver la cara que se le pone con mi respuesta, hasta pedirme sinceras disculpas cuando en las escaleras uno a otro se han llamado “maricón”, y de pronto ven que yo estoy por allí.

Los incondicionales de la teoría del “choque de civilizaciones” no encontrarán confirmada sus teorías en mi experiencia. Entre los alumnos más cariñosos conmigo (también es cierto que no les doy clase, ya se sabe que la convivencia estropea muchas cosas) está un grupo de chicos adolescentes de origen marroquí. Lo menciono aquí porque en el imaginario colectivo está el que necesariamente tiene que haber problemas con estos adolescentes. Como digo, no ha sido mi caso.

Las palabras producen efectos, tienen poder, cambian cosas
Un momento emocionante fue cuando vino un exalumno del centro a visitarnos y me contó cuánto le había ayudado para poder aceptarse como gay, aunque en su momento no me dijera nada. También me contó algo que me ha hecho reflexionar desde entonces: en muchas ocasiones me había defendido ante sus compañeros cuando me insultaban. Se me ocurren varias consideraciones. Obviamente, el que yo no perciba comportamientos homófobos entre mis alumnos no quiere decir que no existan. Y el hecho de estar fuera del armario puede tener un efecto no buscado, el que los alumnos LGTB sean testigos presenciales de insultos homófobos dirigidos al profesorado LGTB, es decir, aumentar la concentración de homofobia que respiran a diario.

Por otro lado está la cuestión de la formación de la identidad masculina a través del rechazo de la homosexualidad y la feminidad. Puede que parte de esos insultos se deban a la necesidad de configurarse como “hombres” en un sentido muy tradicional.

Pese a todo, y voy terminando, creo que es útil salir del armario con los alumnos, aunque no sea suficiente para erradicar la homofobia de los institutos. Y creo que el profesorado LGTB debemos reflexionar sobre estas cuestiones, sea cual sea la decisión que tomemos finalmente.

Además de agradecer a mis compañeros y alumnos de todos los institutos en los que he estado su apoyo y cariño, me gustaría terminar con una utopía y una cita. La utopía sería que este texto se volviera cuanto antes incomprensible (suponiendo que no lo sea ya por otros motivos), que resultara tan absurdo como ahora ocurriría con un texto en el que aparecieran frases como esta: “¿cómo decirles a tus alumnos que te fascina el número pi?”, que necesitara numerosas notas a pie de página para explicar un contexto histórico que en nada se pareciera al del lector, que ese lector no pudiera creerse que hubo un momento en el que las diferencias que se dan entre los seres humanos fueran motivo de discriminación.

Y la cita: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”, Eduardo Galeano.

Sigamos caminando.


30 jul 2015


Billetera de envase Tetra Pak 2, el tutorial.
¡Lo bien que hicieron en pedirme el paso a paso!
¡Ni yo me entendí las instrucciones cuando me puse manos a la obra!
En realidad, me había faltado la explicación de algunos puntos y tuve que tener mi "tarjetera" a la vista para usar como guía. ¡Algo que ustedes no podían!
Espero no parecer reiterativa, sólo cumplo con sus deseos, para lo que les he preparado este paso a paso con todo mi cariño. ;)
¡Avisen si se me ha escapado algún detalle!
Aquí vamos:
























Partimos de un envase de cartón al que le hemos quitado las "costuras" inferior y superior, dejándolo lo más recto posible.
Cada vez más sombras en las fotos, debe ser el lío en que se va convirtiendo el back stage. ¡Shhhhh!























Plegamos los laterales por la mitad hacia adentro, tal cual se ve en la foto. Prácticamente se dobla solo porque el envase ya tiene una especie de marca allí, aunque quizá haya que corregir un poco la línea para que quede bien parejo.























Cortamos aproximadamente 1/3 de tres de las caras del envase, dejando completa la otra, que va a servir de solapa para cerrar la billetera.























Decoramos con papel de revista, o con lo que nos guste, la cara más larga y la plastificamos con papel Contact.























Plegamos por la mitad, tomando como parámetro, la cara más corta. En este paso seguramente tengamos que corregir apenas los bordes porque suele quedar uno un poco más alto.























Para dejarlos prolijos y más resistentes, cubrimos los bordes con cinta aisladora, la de los cables. Mitad afuera, mitad adentro. Comiencen como en la foto, por los lados largos.























En cada borde, deben cortar la cinta como se ve aquí arriba y aquí abajo.























Como ven, seguimos con los extremos superior e inferior, cortando en cada esquina para poder meter la mitad de la cinta. Y terminamos con la solapa, o empezamos, da igual.
























Volvemos a doblar a la mitad y fijamos al medio con un broche. Que no nos quede muy abajo porque debemos taparlo con un trozo de cinta para que no lastime y se vea más lindo.






















Aquí ya está cubierto. Fíjense que la cinta casi va de lado a lado, no sólo donde está el gancho.
¡Hola, mano!






















Y aquí la opción para las que no tenemos la máquina-pone-ganchos-ni-remaches: anudamos una tira de elástico doblada por la mitad y la pasamos de adentro hacia afuera a través de un agujerito en lo que será la parte trasera de la billetera.
¡Y queda así!

No vamos a decir: ¡Uf, qué prolijo que queda!, pero para prolijo... ¡a comprarse la remachadora como mínimo!
 Ya en su rol de "tarjetera"...
Mostrando todas sus virtudes.

























Y ahora que yo cumplí con mi parte, ¡quiero verl@s a ustedes!
Tienen abierta la página de FB para subir sus fotos o mi correo, si no se animan, pero ¡QUIERO VER SUS TARJETERAS! ¡Sí, así, a los gritos se los estoy diciendo!Pueden parecer muchos pasos, pero no, son muchas fotos, y les aseguro que es muy fácil y se hace en un periquete.
Ya tod@s sabemos que es frugal porque la idea participó hace unas semanas en los findes de Marce, así que... here I go again ¡Ay! Se me va a notar la edad con este link, pero prometo que era chiquita cuando esto fue un hit.
¡Buen finde!

Adri.

12 jun 2015

Mi voto va para...

He aquí el texto del discurso:
"Señores:
"Aspiro a ser diputado, porque aspiro a robar en grande y a `acomodarme' mejor.
"Mi finalidad no es salvar al país de la ruina en la que lo han hundido las anteriores administraciones de compinches sinvergüenzas; no, señores, no es ese mi elemental propósito, sino que, íntima y ardorosamente, deseo contribuir al trabajo de saqueo con que se vacían las arcas del Estado, aspiración noble que ustedes tienen que comprender es la más intensa y efectiva que guarda el corazón de todo hombre que se presenta a candidato a diputado.
"Robar no es fácil, señores. Para robar se necesitan determinadas condiciones que creo no tienen mis rivales. Ante todo, se necesita ser un cínico perfecto, y yo lo soy, no lo duden, señores. En segundo término, se necesita ser un traidor, y yo también lo soy, señores. Saber venderse oportunamente, no desvergonzadamente, sino "evolutivamente". Me permito el lujo de inventar el término que será un sustitutivo de traición, sobre todo necesario en estos tiempos en que vender el país al mejor postor es un trabajo arduo e ímprobo, porque tengo entendido, caballeros, que nuestra posición, es decir, la posición del país no encuentra postor ni por un plato de lentejas en el actual momento histórico y trascendental. Y créanme, señores, yo seré un ladrón, pero antes de vender el país por un plato de lentejas, créanlo..., prefiero ser honrado. Abarquen la magnitud de mi sacrificio y se darán cuenta de que soy un perfecto candidato a diputado.
"Cierto es que quiero robar, pero ¿quién no quiere robar? Díganme ustedes quién es el desfachatado que en estos momentos de confusión no quiere robar. Si ese hombre honrado existe, yo me dejo crucificar. Mis camaradas también quieren robar, es cierto, pero no saben robar. Venderán al país por una bicoca, y eso es injusto. Yo venderé a mi patria, pero bien vendida. Ustedes saben que las arcas del Estado están enjutas, es decir, que no tienen un mal cobre para satisfacer la deuda externa; pues bien, yo remataré al país en cien mensualidades, de Ushuaia hasta el Chaco boliviano, y no sólo traficaré el Estado, sino que me acomodaré con comerciantes, con falsificadores de alimentos, con concesionarios; adquiriré armas inofensivas para el Estado, lo cual es un medio más eficaz de evitar la guerra que teniendo armas de ofensiva efectiva, le regatearé el pienso al caballo del comisario y el bodrio al habitante de la cárcel, y carteles, impuestos a las moscas y a los perros, ladrillos y adoquines... ¡Lo que no robaré yo, señores! ¿Qué es lo que no robaré?, díganme ustedes. Y si ustedes son capaces de enumerarme una sola materia en la cual yo no sea capaz de robar, renuncio "ipso facto" a mi candidatura...


Roberto Arlt, Aguafuertes porteñas. (fragmento)

5 jun 2015

Novedad de la RAE (aunque es de 2010)

Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad
  La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.
  Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]; o ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración), frente a ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).
  Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.
  Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.


Fuente: RAE.