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29 ene 2025

Películas que me gustan

Bueno, en un post anterior decía que para conocerme vieran mi perfil de IMDB, recién me hice el perfil de Letterboxd. Parece que es lo que va.
Así que si les interesa ver qué pelis o series me gustan, vayan por ahí.

https://letterboxd.com/Hsulionel/ 



24 jul 2015

Chiste TocToc

Toc Toc
Quién es?
Es el TOC, una y otra vez.
[fin del chiste, no hay aplausos porque es un chiste que me hice a mí mismo]
¿TOC quién?
El chiste ya terminó.
No, el chiste de "Toc toc" es «'Toctoc'; 'Quién es'; 'Don, soy el Algo'; 'El algo qué?' 'El Algodón'» y badùm tss.
Pero éste no era realmente un chiste*, el Toctoc era el TOC que viene y no se va, se reitera**, y ya. Es más un relato con moraleja que otra cosa.
Moralhoja.
No estás escribiendo esto en papel, no jodas.
No jodás.
No, vos no jodás.
Yo no jodo, es más, soy un aburrido, sólo te digo que tu voseo está algo oxidado.
¿Querés que te pegue guantazo con herradura dentro?
OK, KO.***



*Éste no es un chiste ni tampoco es un poema, aunque no le tema.
**(la esposa del Tero se ríe, aunque poco y por obligación).
***Semifinalista al palíndromo más corto del mundo. Pero la caída fue verdadera, por eso no hubo continuación.

3 abr 2014

Tus ojos (poema)

Estoy más allá
de toda posible redención.
Pero miro a tus ojos,
y sé
(con total certeza)
que sos capaz de completar lo irrealizable.

14 abr 2013

Qué relaciona a los hombres lobo con las guerras nucleares.


Todo comenzó porque me daba vergüenza el trabajo de mi padre.
Ahora, con treinta y pico de años y sabiéndolo todo, me parece que era un nene caprichoso y molesto. Pero te aseguro que en esa época, cuando yo tenía nueve o diez años, era una tortura no poder tener a tu viejo en los actos escolares, o que si mamá no podía buscarme a la escuela viniese una de sus amigas, señoras a las que llamaba “tía Mabel” o “tía Alicia”, pero que no tenían ningún parentesco conmigo. Seguro me conocían de toda la vida, pero a los diez años, que ya entendía que no eran mis verdaderas tías, en que sabía que mis tíos y tías verdaderos estaban en otras ciudades y que no les interesaba mi vida, las seguía llamando “tías” porque se me había pegado el nombre con la costumbre, pero realmente tenía un sabor amargo el título cada vez que lo pronunciaba. Decirles “tía” era para mí dares un título que habían usurpado, como si se hubieran metido en mi vida por la fuerza. Porque para mis padres ellas eran simplemente Mabel, o Alicia. Para ellos no eran tías de nadie, era como si el vínculo sanguíneo me afectase sólo a mí. Y no soportaba eso. “A ver cómo le da un besito a tía Alicia” o “Venga el nene a darle un beso grande a su tía Mabel” eran frases que en esa época eran sinónimo de algo desagradable, cercano a náuseas ligeras, como cuando entrás a un baño público que, por más de que esté limpio, sabés que alguien usó recientemente.
Después de enterarme de todo sobre mi padre me decía que podía haberlo sabido antes, que era lo suficiente maduro como para que me cuente a esa edad en que ya entendía las cosas serias de la vida. Ahora que soy adulto y que tengo mis propios secretos que le guardo a mis hijos, entiendo que eran muy diferentes las cosas a la manera en que las veía. Grandes secretos, pequeños secretos, todos tienen algún secreto. Sí, me corrijo, todos tenemos algún secreto.

4 nov 2012

Poemita.



Sos el aire, mi vida.
Soy un molino triste
rogando tu presencia.
Sos la vida misma, invisible te unís
a mi esencia.
Te necesito,
necesito tu fuerza de huracán para que lleves mi alma
(mi alma) a volar.
Hacé renacer mis alas,
sos la única que puede lograrlo.
Sos el aire, sos el viento,
sos la vida invisible que llena y me recorre.
Vení, veníte a mi vida.
Necesito de tu suave brisa, despertáme,
traé hacia mí la canción suave de la esperanza.
Sos el aire, sos el viento,
volá hasta mí con tus alas poderosas.
No te detengas,
que sin tu auxilio
siento que me rodea
el fantasma oscuro de la muerte.


26 sept 2012

Mariposa siniestra


Jorge y Matías fueron a buscar a Carola a su casa. Los atendió su madre, una delgada mujer con una palidez deslustrada, el cansancio en su aspecto. No, no era cansancio, sino algo parecido “Abatimiento”, pensó Matías, y trató de recordar su nombre. “Margarita, creo”, se dijo al fin.
Carola no estaba, pero la mujer los hizo pasar, diciéndo que quería hablarles de algo, serio e importante.
Pero cuando se sentaron, apenas si atinaba a refregarse las manos, sin animarse a empezar. Aunque los chicos sentían lo pesado del silencio, ninguno se animaba a preguntar qué era lo que ocurría. Era la primera vez que estaban en la sala, y Matías se dijo que quizás por algo Carola no los hacía pasar nunca, siendo por lo demás tan deferente; ella todo lo hacía con naturalidad, pero ahora se notaba la posibilidad de algo extraño tras esos gestos desenvueltos. La mujer al fin habló, y preguntó, vacilante, si su hija les había hablado de su infancia.
­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­—No, señora —respondió Jorge—, por lo general hablamos de —hubo una casi imperceptible pausa, seguramente a causa de la vergüenza— Literatura y temas relacionados.
—También se dio —acotó Matías—, hace poco, una charla sobre ovnis, usted sabe.
La mujer hizo un gesto de asentimiento ante esto último, y ese gesto decía mucho.
—Desde hace poco habla de platos voladores y demás, pero es algo que empezó hace ya muchos años.
* * *
Sólo Carola podía ver la estrella terrible.
Desde la primera vez que se encontraron comenzó a sentirse observada, casi acechada.
Le habló de ella a su padre, pero él lo desestimó, aduciendo que podía haber sido un avión .Ni se tomó el trabajo de explicarle cuán improbable era que viese una nueva estrella, ya que el cielo estaba conformado desde hace siglos.
* * *
—Por si no saben, el trabajo de mi esposo es en el CODE, en la costanera.
—¿El observatorio?
—Sí, aunque el Centro Observadores Del Espacio tiene otras instalaciones, lo más famoso es el telescopio, por supuesto —hubo un ruido cerca de la puerta, y la mujer se sobresaltó— Disculpen, no quiero que Carola se entere de que les cuento esto, pero ustedes me parecen buenos chicos, Carola se lleva muy bien con su grupo, y yo noto gran diferencia entre ustedes y los chicos de la parroquia, que la visitan como si fuera otra obra de caridad. Porque ellos saben, en este barrio todos saben.
Pare con el suspenso y el dramatismo, señora”, quería decir Matías, y le parecía que Jorge hubiera dicho otro tanto, pero por otro lado se notaba que su nerviosismo era real, como si la mujer tuviese que vencer barreras que ella misma se hubiera puesto.
Y comenzó a contarles.

* * *
Carola le pidió a su padre que si no le creía, al menos se fijase desde el observatorio. Éste lo prometió, y lo olvidó al punto.
Su madre, Margarita, pudo ver algo una vez, pero tampoco le dio importancia:
—Debió ser una luciérnaga, aunque parecía una mariposa.
"Mariposa siniestra", pensó la niña, de tan sólo ocho años. Se dio cuenta de que nadie le creería. Sabía que el nombre "mariposa siniestra" era su verdadero nombre; no exactamente su nombre, sino su verdadera esencia.
El astro refulgía con una luz particular, de alas tenebrosas.
Desde que la divisó por primera vez, Carola ya no podía dormir bien. Y aunque estaban en verano, ya no quería dejar abierta la ventana. Sabía que desde allí podría caer ese refulgente y oscuro ángel para llevársela, para mostrarle el terror.
Hasta que una noche.
* * *
—Se me durmió en los brazos, como cuando era bebé, mientras mirábamos la tele. Seguro estaba exhausta, hacía días que no descansaba lo suficiente. Le preparé la cama, recuerdo que me pareció que el ventilador no me pareció suficiente, y abrí la ventana, que tenía el pestillo puesto. Nunca voy a arrepentirme lo suficiente de eso.
* * *
Esa noche, el padre llegó contento a la casa.
—Sabés querida, encontré un asteroide por donde Carola me indicó. Es increíble que ella lo viese sin ayuda del telescopio, o habrá sido casualidad. Le voy a contar ¿hace mucho que se durmió? —Y sin aguardar respuesta se dirigió a su pieza.
Mientras iba en busca de su hija, el hombre sintió una ráfaga de aire fresco (casi gélido, se hubiera dicho, si el caluroso verano no le hubiera atenuado la sensación) que pasaba por el pasillo.
Lo recibió una cama destendida y una pequeña mancha, como de sangre.
* * *
Cerca del amanecer fue encontrada a la puerta de la parroquia del barrio, inerme; alguien había  llamado ya a una ambulancia.
El enfermero que la acompañaba la escuchó musitar sobre un ser luminoso y atroz, difuso en sus contornos y en el rostro, que era el de la muerte. Prefirió darle a la niña un sedante para que dejara de hablar delirios, aunque era él quien hubiera querido recibir el tranquilizante. Le pareció que la ambulancia no iba lo suficientemente rápido, ni que la sirena estaba lo suficientemente fuerte, con tal de no escucharla más.
* * *
—En el hospital nos dijeron que había sido violada, y que cuando creciera era poco probable que pudiese concebir. Parece que le introdujeron algo candente, cauterizándole el interior. Y ella, al despertar, era casi la misma de siempre, sólo que no podía reconocer al que la atacó, y hablaba de un rostro bello pero aterrador, como sería el de un ángel de Dios. Lo más raro es que después todos buscamos refugio en la Iglesia, nos volvimos más devotos, aunque Carola estos últimos tiempos habla mucho de ovnis, y creo que está recordando eso, que hacía mucho creíamos enterrado. Bueno —hizo un gesto vago—, ya lo saben.
Y la mujer no dijo más. Se estaba por formar un silencio aún más incómodo que el anterior. A Matías no se le ocurría nada, no sabía si decir palabras de consuelo o qué. Pero justo llegó Carola.
Los tres sonrieron.

24 sept 2012

Mata a su novio porque le cuenta el final de la película

Le contó el final de Titanic, no soportó enterarse que moría el personaje de Leonardo Di Caprio.

Florencia Reyes, de 24 años, estaba emocionada con poder ver la película de la que tanto le había hablado su madre, y además en 3D. Ya había comprado las entradas para ir con su amado en lo que había imaginado una velada romántica.
Sólo que no contaba conque su novio, Silvio Quijano (27 años al momento de su fallecimiento), le iba a decir que no quería ver el film porque ya sabía que al final se moría Jack Dawson, el personaje encarnado por Di Caprio.
Según declaraciones, después de que la joven mujer asesinó a su novio gritaba a los cuatro vientos que no es de buenas maneras contar el final de una película.


Florencia se encuentra detenida, y espera ser procesada por el crimen cometido. Su madre está considerada como autora intelectual, aunque la misma alega "Yo les dije que vieran una de Stallone".

22 dic 2011

Origen de la navidad (cuento)


Esa noche, por primera vez en mucho tiempo, Mario le pidió compañía a su madre.
Para ella su hijo de seis años era el centro del universo, pero aquel día estaba organizando los detalles de la cena navideña. Por eso delegó la tarea en el padre del niño, José.
Los últimos meses Mario prefería la compañía de José antes que la de Helena. Ya había pasado la etapa edípica, y tomaba a su padre como héroe personal. Y su héroe lo era también para muchos otros. Cuando iban al pueblo de los abuelos todos se comportaban con José como si fuera alguien muy importante. Muchos le hacían voces para llamar su atención y saludarlo, y otros se cruzaban la calle para estrecharle efusivamente las manos.
Mario admiraba a su padre. Pero esa noche prefería evitarlo. Lo afectaba la culpa por lo sucedido por la tarde. Cuando él llegó a la pieza Mario recién se estaba acostando. De lo contrario, habría tratado de disimular estar dormido, para evitarse el reto de José. Éste acercó la silla a la cama, se sentó con un libro entre las manos, y miró a su hijo.
­—Esta noche fue tu mamá quien me pidió que venga, en lugar de pedírmelo vos.
En el tono había amabilidad, no reproche. Pero Mario no podía olvidar la mirada de indignación recibida esa tarde. Indignación y decepción.
—¿Querés que te lea algún cuento en especial, Mario?
—Eh, papá, quería saber si papá noel me va a traer regalos aunque me haya portado mal.
—Hijo, lo de hoy lo manejaste muy bien, tuviste el valor de contarme y además lo terminaste de arreglar vos solito.- depositó con cariño la mano en la rubia cabellera de su hijo, y lo despeinó un poco. Por otro lado, ya tenés siete años, creo que es buen momento para contarte algo.
—Es otra historia de héroes, papá?
—Ésta es sobre la navidad. ¿Viste que en la misa el sacerdote dice "Hagan esto en conmemoración mía"?
—Vos me explicaste lo que significaba, ya me acuerdo. Significa repetir eso que hizo Jesús para recordarlo, por eso el cura lo hace.
—El sacerdote, hijo. Es eso mismo. Bueno, te voy a contar una historia de otro gesto que nosotros repetimos. Hace mucho tiempo, en una aldea de las montañas, en un lugar donde hace mucho frío, vivía un viejito que era carpintero, llamado Lionel. Era viudo, su esposa había muerto hacía poco, y el señor no tenía hijos. Era cerca de fin de año, y este hombre iba a pasar solo la cena de nochebuena. En un principio estaba muy triste, pero se puso a pensar que así como el Niño Dios nacía para sacrificarse por los hombres (por todos nosotros), él también quería tener un gesto para sus semejantes. Y pensando en el niño dios es que se le ocurrió hacer muchos juguetes, regalarle uno a cada niño de su aldea. Tampoco eran muchos, era una aldea pequeña. Y repitió su gesto todos los años hasta su muerte. En el entierro del anciano estuvieron presentes todos los niños del pueblo. Fue entonces que una nenita pequeña se acercó a la tumba, arrojó una flor invernal sobre su ataúd, y le dijo, te voy a extrañar, papá Noel.
Y al año siguiente, para la fecha de la natividad de nuestro señor Jesucristo, en esa aldea los pobladores empezaron a darse regalos entre ellos, como gesto de buena voluntad. Lo comenzaron a hacer en honor al viejo Lionel, repitiéndolo todos los años. Unos viajeros que pasaban por ahí les copiaron el gesto, y fue así que poco a poco todos, para estas fechas, tenemos la costumbre de darnos regalos, como lo hizo una vez un señor anciano sin hijos, ése al que todos llamamos papá Noel, que es el nombre que le quedó.

El niño ya tenía los ojos cerrados y la respiración pausada. Su padre no pudo contenerse y depositó un suave beso sobre su frente.
—Papá
—¿Sí, hijo?
—¿Voy a recibir regalos igual?
—Sí hijo, no te preocupes. Hasta mañana.
—Hasta mañana papi.

23 nov 2011

El beso. (cuento)


¿Sabría alguno de ellos que ésa era su última cena todos juntos?
El maestro cenaba con sus doce escogidos.
Fue entonces que el discípulo amado le preguntó quién le iba a fallar esa noche.
-Aquél que se sirva después de mí- respondió Jesús. Y se sirvió del cuenco recién llegado. Y luego se sirvió uno de los Judas. Y luego Pedro. Después Santiago tomó el recipiente, se sirvió y lo pasó a Mateo, que después de servirse se lo alcanzó a Juan, y así todos se sirvieron de ese plato, uno tras otro.
El discípulo preferido apenas pudo contenerse. Se mordía para no gritarles. Pero hacía tiempo que era seguidor del maestro. Conocía sobre cómo llevar la carga en tiempos de tribulación, así que se contuvo de recriminar a los demás su debilidad.
–Está dicho en las escrituras– lo consoló Jesús– “Heriré al pastor y se dispersará el rebaño”.
Al escuchar esto el discípulo se levantó, enérgico. Los demás apóstoles estaban un poco alejados del par, ya que sabían que ellos dos preferían charlar cómodos. Pero ante el brusco movimiento todas las miradas estaban atentas.
–Yo no me escandalizaré. –le dijo –Lucharé si es necesario. No es el tiempo de predicar la mansedumbre. Tú lo dijiste, has venido a traer el fuego al mundo, a enfrentar hermano contra hermano, hasta que venga a nosotros tu reino.
–Eso dije. Pero he reflexionado desde mi entrenamiento en el desierto, y últimamente estuve meditando sobre cómo el nuevo reino debe estar fundado en el amor, no en la guerra. Además, aparte de mí eres el único que sabe combatir. Sólo contamos con dos espadas, sabes que los demás son pescadores, no guerreros.
–Con mi espada bastará –le replicó, con humildad pero con decisión, mientras se colgaba el arma a la cintura.
Jesús lo miró con resignación.Sabía que su discípulo era un soldado, y que le era difícil anular su naturaleza.
Pedro, para no ser menos que el otro discípulo, hizo lo mismo con la espada de Jesús.
Luego partieron hacia el monte de los Olivos para orar, como solían hacer con frecuencia.

* * *


–Te digo que fue una suerte haber sobrevivido. Pura suerte, yo no tuve nada que ver.
El hombre hizo una pausa para beber. Delgados hilos de vino corrían por los costados de su barba, pero no parecía notarlos. Después del abundante trago temblaba menos, y reinició su relato.
–En un principio iba a ser una tarea simple,el procedimiento usual con los falsos profetas.Capturarlo sin derramamiento de sangre. Y después de pasarlos por el gato de siete colas todos olvidaban sus amenazas de un nuevo reino.
Sí, en Jerusalén no hizo muchos prodigios. También está el hecho de proclamarse rey siendo hijo de carpintero... pero te digo, escuché que con un milagro alimentó a cientos. También escuché sobre sus enseñanzas, que predicaba el perdón antes que la venganza, y yo mismo noté algo nuevo en todo esto.
Pero como decía, sólo fuimos los treinta de la Guardia de Plata, con nosotros iba a ser  suficiente. Bueno, eso nos dijeron. Tengo que admitirte que desde el principio no fuimos sutiles. Era una misión de rutina, así que llevábamos antorchas. El jefe estaba de espaldas, como en actitud de oración. El resto estaba más alejado, casi todos durmiendo.Excepto él. Él estaba montando guardia tranquilo, como esperándonos. Apenas lo vi sentí un ardor en el corazón, pero mis ojos no lo reconocieron. Era casi una estatua, velaba el sueño de sus compañeros y la reflexión de su maestro.
Entonces uno de los sacerdotes se adelantó y dijo que buscaban a Jesús el Nazareno.
Pero él nos dijo que no molestáramos al maestro, que estaba orando.
El insensato de Tobías me perforó un tímpano con su grito de "Falso profeta", y le arrojó su lanza al Nazareno.
Y ése fue el principio del fin.
Todo sucedió muy rápido. Tanto que dos compañeros cayeron antes de que yo entendiera plenamente. Tobías fue el primero en morir, y yo descubrí que quien montaba guardia no era otro que Judas el Sicario. Sí, nuestro antiguo comandante, héroe en muchas batallas. Frenó la lanza dirigida a Jesús con una sola mano, y aprovechando el impulso la devolvió como relámpago. Pobre Tobías, no alcanzó a reaccionar y de repente estaba sujeto al piso con su propia lanza en el cuello. La fuerza y velocidad del comandante no habían disminuído. Decían que había dejado a los zelotes para retirarse al desierto con los esenios, pero yo veía al soldado de siempre. Varios atacaron a la vez, y fueron los primeros en morir. Muchos intentaron rodearlo, y apareció la sica de la que tomaba su apodo. Y el pequeño cuchillo también cobró víctimas, no sólo la espada. Quienes trataron de rodearlo (y quedaban vivos) comenzaron a retroceder.Otros fueron más inteligentes y huyeron, quizás porque conocían la fama del zelote asesino.
Yo también estaba por huir, cuando el Maestro habló. “Yo soy Jesús, al que buscan”. Sé que es difícil de creer, pero un nuevo miedo se apoderó de mí. Antes mi vida estuvo en peligro, pero ahora escuchaba hablar a un ser superior, un ángel o un profeta de Dios. Este Jesús miró con tranquilidad a los sacerdotes, y les dijo: “¿Acaso soy un ladrón, para que vengan a mí con espadas y palos? Otros días estuve enseñando en el templo y no me arrestaron, pero ésta es vuestra hora, y del poder de las tinieblas.” Y se dirigió a Judas: “No apartaré mis labios de este cáliz, por amargo que sea.”
El guardia bebió otro largo trago, y prosiguió:
–Por un momento noté el debate interno en Judas, era casi palpable. Hasta que dejó caer las armas, se acercó a Jesús y depositó un beso en su mejilla, diciendo “Que se haga tu voluntad, señor, y no la mía. El espíritu está dispuesto”.  Jesús  respondió “Con un beso te entregas a la voluntad de tu Maestro, por tu mansedumbre heredarás el reino de los cielos.” Y ninguno dijo más. Entonces fue como si todos hubiéramos despertado. El lugar se volvió más oscuro y frío, y vimos delante de nosotros dos hombres que teníamos que capturar, así que eso hicimos.

* * *
Los dos condenados a muerte se conocían, pero eso no les hacía más llevadera la sentencia. El autoproclamado Rey de Israel (según el cartel de su condena) era el que más sufría, clavado a su cruz. El malhechor a su derecha estaba atado con gruesas sogas, en pies, manos y cintura, y tenía también un ajustado lazo al cuello. Durante varias horas estuvo insultando a su compañero. Le decía que bajara de la cruz, o que lo salvara como había salvado a otros. Pero sólo obtuvo silencio por respuesta, y finalmente había callado. Ahora miró con ojos avergonzados a su agonizante compañero y le dijo:
–Yo he sido un criminal, y merezco este castigo. En cambio tú nos enseñaste, eres la luz que no se debe esconder, la luz del mundo. Te pido perdón por estos últimos momentos de duda. El espíritu está dispuesto, pero la carne fue débil.
–Yo te aseguro –Jesús le dijo mientras miraba por última vez a su discípulo amado, Judas el Sicario –que esta noche estarás conmigo en el paraíso.
Ambos murieron casi al mismo tiempo.
* * *

Nadie sabe que la historia fue mal contada
y que el beso de la muerte
fue por amor / fue por amor! / fue por amor!
“30 denarios”

22 sept 2011

Y cae el telón, como la lluvia.


Nadie ve los despojos del ángel.
Pluma de nácar, pluma de sangre,
no quiero que me escribas.
Como una vela escondida,
como una caja vaciada,
así estoy.
Inutilidad suprema es la que surge.
Brazos creyentes, vestigios de fe.
No puedo cumplir, no hay que decepcionarlos.
No creo que se oculte con el sol.
Y cae el telón, como la lluvia.
Pero antes una muerte y entonces aplausos.

19 sept 2011

Último recorrido.



Era otra persona ahora, no por voluntad propia sino por herencia.
"Los pecados de los padres..."
Miraba los cepillos de dientes y sabía que se tenía que ir.
Se llevó sólo el cepillo, se compraría otro enjuague bucal y otra pasta.

Recordó la compra de los portacepillos que hizo con su esposa. Con su amada esposa, ahora a punto de ser una esposa abandonada.
Si se le ocurriera una manera de fingir su muerte... pero él no tenía ni la imaginación ni el tiempo para esos planes.
Suicidarse era una solución que consideró. Pero no le parecía un acto decente, dejar la sangre y el cadáver para que los otros tengan que arreglar el problema que en realidad es suyo, no señor. Huir no es correcto, pero parece ser el peor de los males.
No sabe si dejar una nota, no sabría qué decir. "Me tengo que ir porque soy un monstruo" quizás lo explicaría todo, pero al mismo tiempo no explicaría nada y menos de todo lo realmente importante.
Garabateó un "Me tengo que ir, pero los amo", arrugó el papel y estuvo a punto de tirarlo, pero algo les tenía que decir, así que desenrolló el papel y lo dejó de nuevo sobre la mesa del comedor.

Cerró la puerta con llave, fue hasta la esquina y dejó caer en la boca de tormenta la llave, para no poder volver con ninguna excusa. Desde la terraza del vecino, el gato fue el único testigo de la huida.