11 mar 2011

Se queda aislado en la ducha al no alcanzar la alfombrita para los pies

Se queda aislado en la ducha al no alcanzar la alfombrita para los pies: "
La Policía Nacional y los bomberos han tenido que entrar por la fuerza en el domicilio de Juan Yague, madrileño de 31 años, con el fin de acercarle la alfombra del baño y permitirle salir de la ducha en la que se encontraba recluido desde hacía tres días. Pese a los gritos de socorro que Yague ha estado profiriendo durante todo este tiempo, no ha sido hasta esta misma mañana que una vecina del inmueble se ha percatado de que el joven estaba en apuros, alertando a las autoridades.

La Policía Nacional y los bomberos han tenido que entrar por la fuerza en el domicilio de Juan Yague, madrileño de 31 años, con el fin de acercarle la alfombra del baño y permitirle salir de la ducha en la que se encontraba recluido desde hacía tres días. Pese a los gritos de socorro que Yague ha estado profiriendo durante todo este tiempo, no ha sido hasta esta misma mañana que una vecina del inmueble se ha percatado de que el joven estaba en apuros, alertando a las autoridades.


“Ha sido horrible. Veía la alfombrilla frente a mí pero era incapaz de alcanzarla. Se ve que al entrar en la ducha la deslicé con el pie, alejándola demasiado. Un error terrible que me ha mantenido aislado, sin comida y con el cuerpo empapado. No podía secarme porque la toalla estaba encima de la estantería, lejos también de mi alcance”, explica Yague. La víctima admite que, en un arrebato de desesperación, valoró la posibilidad de salir de la ducha y arriesgarse a soportar el frío de las baldosas y a resbalar fatalmente. Su tesón y su prudencia han evitado una catástrofe.


Las autoridades consideran que Yague es responsable de lo ocurrido y que su actitud fue “claramente negligente”. También apuntan que la alfombra de la que dispone es “demasiado fina y pequeña en relación a su estatura”. El joven reconoce que “a veces se me dobla cuando me estoy secando y los pliegues me obligan a hacer equilibrios para no caerme. Ahora he aprendido la lección y no jugaré más con fuego”.


Según datos de la Comunidad de Madrid, desde 2009 han aumentado sensiblemente los accidentes domésticos producidos por actitudes imprudentes o directamente temerarias. El caso más reciente y trágico es el de un bebé de diez meses que falleció al tirar al suelo su chupete, recogerlo y metérselo en la boca sin lavarlo previamente. “Murió en el acto. Los microbios le poseyeron en un enjambre enloquecido. No pudimos hacer nada. Hervimos entero al niño pero ya no respondía”, explica uno de sus familiares.

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